El monitoreo de rutina, combinado con un manejo apropiado de la diabetes tipo 2 y la prediabetes, podría tener un impacto positivo en millones de personas en el mundo, según señala un grupo de expertos en la materia.
Cuando algo no funciona como debe en el organismo se llegan a manifestar diversas señales en la piel. Tal es el caso de la acantosis nigricans, afección cutánea que si bien puede asociarse a gran variedad de alteraciones (benignas o malignas), generalmente se relaciona con resistencia a la insulina. Esto debido a que la incrementada concentración de insulina estimula a ciertos receptores celulares promotores de la proliferación de células de la piel.
Como su nombre sugiere, el concepto prediabetes se refiere a la condición que presenta una persona que se encuentra a un paso de desarrollar diabetes tipo 2, señaló un especialista. “Es muy sencillo clasificarlo: las personas que en ayuno tienen menos de 100 de glucosa se consideran saludables. Las personas que tienen entre 100 y 125 se considera que tienen prediabetes, y con más de 126 se considera diabetes”, indicó Hugo Laviada Molina, endocrinólogo y profesor investigador en la Universidad Marista de Mérida.
El síndrome metabólico aumenta el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2. Existe un número de términos alternativos para describir la condición, tales como el síndrome X, síndrome de Reaven y en Australia, el caos.