
Las tres P ayudan a identificar los problemas del cuerpo para regular bien la cantidad de azúcar en sangre
El control de la diabetes es mucho mejor en la actualidad del que podía hacerse a principios de los 90, cuando César Gimeno debutó con la enfermedad. Tenía apenas 18 años y en el transcurso de unas semanas empezó a notar ciertos síntomas preocupantes; tenía una sed insaciable, hambre a todas horas y no paraba de ir al baño. A pesar de comer y beber más de la cuenta, perdió mucho peso. Una visita al médico de familia y la descripción de los síntomas llevó a una sospecha clara; podía ser la llamada diabetes juvenil, o diabetes Tipo 1. “El médico me dijo que me iba a hacer una prueba, yo pensé que me iba a sacar sangre para llevarla al laboratorio, pero su enfermera sacó un aparatito y una lanceta y simplemente me pidió que extendiera el dedo índice hacia arriba, que no iba a doler nada”.