La neuropatía periférica es un problema común que puede ocurrir como consecuencia de la diabetes, pero no es inevitable. A fin de evitarla, sigue atentamente las instrucciones del médico que controla tu diabetes y realiza algunos cambios saludables en tu estilo de vida.
Esta complicación se presenta cuando se dañan los nervios de los pies o las manos, es decir, los nervios periféricos. La diabetes puede llevar a una neuropatía periférica porque el exceso de glucosa en la sangre es capaz de dañar las paredes de los diminutos vasos sanguíneos, llamados capilares, que llevan sangre a los nervios. Ese tipo de daño obstaculiza el transporte del vital líquido en suficiente cantidad, y sin la nutrición adecuada, los nervios periféricos pierden la capacidad de funcionar adecuadamente.
A pesar de que la neuropatía periférica puede afectar tanto las manos como los pies, en los pacientes con diabetes es más común que sean los pies; eso normalmente implica sentir un entumecimiento, cosquilleo u hormigueo que avanza lento y que luego puede diseminarse hacia las piernas. Algunas personas también sienten un dolor agudo, punzante, pulsátil, helado o ardiente y pueden tener los pies sumamente sensibles al roce.
Lo mejor que se puede hacer para evitar la neuropatía periférica es mantener niveles adecuados de glucosa sanguínea. Contrólalos regularmente y toma los medicamentos exactamente como tu médico te indique.
Hacer ejercicio con regularidad también puede ayudar a controlar la glucosa sanguínea y a evitar la neuropatía periférica. Haz que la actividad física sea parte de tu rutina diaria. La recomendación es hacer ejercicio moderado, como una caminata rápida, durante 30 minutos en la mayoría de los días de la semana. Combinar los ejercicios aeróbicos, como caminar, andar en bicicleta o nadar, de la mayoría de los días de la semana con dos veces por semana de ejercicios de resistencia, como levantar pesas o yoga, suele ayudar a controlar la glucosa sanguínea mejor que cualquier otro tipo de ejercicio solo.
Una alimentación saludable también es importante. Come suficientes frutas, verduras, cereales integrales y legumbres a diario, pero limita la cantidad de alimentos con grasas saturadas. Si tienes dudas respecto a la alimentación, conversa tu médico y el nutriólogo.
El ejercicio y la alimentación también pueden ayudar a perder peso, cuando uno lo necesita. Si tienes exceso de kilos, alcanzar un peso corporal saludable y mantenerlo puede reducir mucho la glucosa sanguínea y, de esa manera, disminuir el riesgo de neuropatía periférica.
Si fumas, deja de hacerlo. El tabaquismo puede afectar la circulación sanguínea y aumentar el riesgo de desarrollar neuropatía periférica. Si te es difícil dejar de fumar sin ayuda, consulte al médico acerca de las alternativas para dejar el hábito, incluidos los medicamentos.
Debido a que la neuropatía periférica, a veces, puede ser de inicio lento con apenas un entumecimiento en los pies, es importante mantenerse alerta en su cuidado. Revísalos a diario para ver si tienen algún corte u otro tipo de lesión porque cuando se deja sin revisar, hasta una herida pequeña puede convertirse en una infección grande. A fin de evitar daños, corta con cuidado las uñas, usa zapatos que te calcen bien y no andes descalzo.
Si observas que alguna herida o llaga de los pies no cicatriza, haz una cita con tu médico cuanto antes. De igual manera, habla enseguida con él si notas entumecimiento o dolor. El diagnóstico y el tratamiento a tiempo brindan la mejor oportunidad de controlar los síntomas y prevenir futuros daños nerviosos.
Fuente: Dra. Elizabeth Cozine, Medicina Familiar, Sistema de Salud de Mayo Clinic en Zumbrota, Minnesota. NP/MayoClinic