



Un estudio sugiere que obtener la información sobre las calorías podría hacer que los padres animen a sus niños a realizar más ejercicio. Los padres quizá ordenen alimentos con menor contenido calórico si los menús de los restaurantes incluyeran estos datos, ya que con ello se podría equilibrar el ejercicio con la comida ingerida. Se sabría cuánto tiempo caminar para nivelar lo consumido en el almuerzo.