Imagina que en tu día a día con la diabetes no debes preocuparte por regular con precisión ese ratio entre insulina y carbohidratos ingeridos. Imagina que ya no importa tanto el tipo de HC ingeridos ni la curva glucémica posterior. Imagina que no tienes que prever con antelación tu actividad y jugar con la comida y los hidratos de carbono que aportas.
Esto es lo que aparentemente promete la insulina inteligente, ya que de manera autónoma sería capaz de responder al nivel de glucosa corporal. Sin entrar en tecnicismos ni conceptos médicos o químicos, resumiremos diciendo que una vez administrada queda inactiva por un proceso químico, evitando que actúe.
Cuando los niveles de glucosa suben lo suficiente, es la propia glucosa circulante de nuestro cuerpo la que reacciona con la formulación de la insulina administrada y la que ayuda a liberar esas estructuras químicas de la insulina, permitiéndole comenzar a funcionar. Posteriormente, si el nivel de glucosa corporal desciende, ya no hay glucosa suficiente como para liberar la insulina “bloqueada”, por lo que la hormona administrada horas atrás seguirá en estado “latente” y no funcionará. Así pues, la glucosa es la que libera a la insulina de su cautiverio químico y la activa sólo cuando es necesario. La idea es seductora, pues las ventajas no acaban ahí, porque con esta insulina inteligente tan sólo sería necesario pincharse una vez al día, ya que es ella misma la que se va dosificando y disgregando en el cuerpo según sea necesario. Se acabó la insulina basal. Di adios a las inyecciones de insulina en las comidas, comúnmente conocidas con otro “palabra” que odio: los bolos.
¿Qué implicaría este nuevo medicamento?
Semejante mejoría con respecto a las insulinas tradicionales traería numerosos efectos colaterales. Si a día de hoy una insulina es inoculada de un modo pautado y a demanda en función de las necesidades de la persona, las nuevas insulinas inteligentes obligarían a cambiar drásticamente la manera de gestionar la diabetes en tratamiento con insulina. Mientras que la inyección de una insulina estándar supone una farmacodinámica (la curva de efecto posterior) de varias horas en las que pase lo que pase en nuestra vida la insulina hace su efecto, con una insulina inteligente nuestro ritmo diario podría verse alterado sin ningún problema.
Por ejemplo, se podría interrumpir una comida por sorpresa porque nos ha surgido una emergencia; olvídate de la hipoglucemia posterior por falta de HC. O por ejemplo si quieres comer en dos veces en vez de hacerlo de una sola vez. O prescindir de la insulina basal porque con la insulina inteligente se aúnan ambos tipos (rápida y basal) en una única inyección diaria. Y por supuesto, olvídate de pincharte insulina cada vez que comes, puesto que ya lo habrás hecho por la mañana una sola vez. La acción inteligente de este tipo de insulinas variaría por completo muchos principios de la educación diabetológica y pondría patas arriba determinados protocolos o procedimientos en el manejo de la diabetes insulinizada.
Como siempre, al final queda la esperanza
Como suele pasar con muchas noticias que tratan sobre diabetes y que aún están en desarrollo, la esperanza de que todo esto llegue a buen puerto es el sentimiento más generalizado entre los millones de personas que diariamente se ponen insulina varias veces al día en el mundo. Los ensayos realizados hasta ahora son prometedores y veremos cómo evolucionan. Pero mientras tanto, imagina que puedes pincharte una vez al día una única insulina. ¿Qué te parece esta posibilidad? ¿Conocías esta vía de estudio de las insulinas inteligentes? ¿Qué opinas de ellas como potencial usuario y como profesional de la salud? ¿Pueden llegar a ser viables o hay demasiadas variables que complican su éxito?
Fuente: Jedi Azucarado