Todos sabemos que existe una relación estrecha entre la diabetes y las enfermedades relacionadas con las encías, afirmación que se basa en que las personas diabéticas tienen una mayor incidencia de dolencias como la gingivitis, la periodontitis y las caries. De hecho, más de 2 millones de españoles no saben que padecen esta enfermedad, y mucho menos que los dentistas pueden diagnosticarla en una revisión rutinaria.
Los pacientes diabéticos deben prestar mayor atención a su salud oral, ya que son más propensos a sufrir caries, en especial cuando se padece hiperglucemia. El uso del hilo dental es imprescindible en estos casos.
Un estudio reciente comprobó que los pacientes que sufren diabetes tienen un 50 % más de riesgo de perder piezas dentales; y sus encías también son más vulnerables al tener más probabilidades de sufrir gingivitis o periodontitis. “Las personas con diabetes tienen un mayor riesgo de caries dental como consecuencia directa de la hiperglucemia. En otras ocasiones se ven afectadas las encías o los tejidos que rodean al diente produciendo gingivitis y periodontitis. El tratamiento odontológico del paciente diabético es diferente al de una persona que no tiene esta enfermedad”, ha explicado el doctor Héctor J. Rodríguez, ex patrono de la Fundación de la Sociedad Española de Periodoncia y Osteointegración.
Existen numerosos factores que pueden producir la posible aparición de algunas complicaciones. De esta manera, el control del dolor en la persona con diabetes es muy importante, ya que se ha comprobado que en todas las personas el estrés agudo aumenta la liberación de adrenalina y la eliminación de glucocorticoides y la disminución de la secreción de insulina.
Todas estas alteraciones provocan un incremento de la glucosa sanguínea y de ácidos grasos libres que pueden descompensar una diabetes, ya que la adrenalina tiene efecto contrario a la insulina. Por su parte, cuando el cuerpo percibe que hay una situación de estrés aumenta su producción de adrenalina, esta hormona ocasiona una cascada de reacciones en el organismo, entre ellas en el hígado, que mantiene un almacén de glucosa y grasas para las emergencias, y saca estos combustibles hacia la sangre para que estén disponibles en caso de necesitarlos, lo que hace que aumenten las cifras de estas dos sustancias en sangre. De esta forma el diabético puede desarrollar una hiperglucemia.
Otro factor de riesgo es la cicatrización de las heridas, que queda comprometida en el diabético por una alteración en la actividad celular con una menor síntesis de colágeno por parte de los fibroblastos y a un aumento en la actividad de la colagenasa.
Además, los pacientes diabéticos tienen mayor susceptibilidad a las infecciones. Según el tipo de intervención y el grado de control de la diabetes, para evitar complicaciones es recomendable la instauración de cobertura antibiótica preoperatoria y, sobre todo, postoperatoria.
Para prevenir este tipo de situaciones es altamente recomendable tener un especial cuidado bucodental. Para ello, es bueno mantener el nivel de glucosa sanguínea en niveles adecuados; realizar un correcto control glucémico para mantener los niveles de glucemia lo más cercanos posible a la normalidad para disminuir el riesgo de enfermedad periodontal ya que ésta dificultará a su vez el control glucémico; visitar al dentista cada 6 meses para un examen completo, y en caso de ser necesario visítelo con mayor frecuencia; y hablar con el dentista sobre cómo mantener una buena salud bucal.
Además, es recopmendable mantener unas correctas medidas de higiene bucodental examinando regularmente su boca para detectar los problemas a tiempo, pieza por pieza e incluyendo las encías; y en caso de usar dentadura postiza, extremar su higiene y su estado, y asegurarse de que ajuste bien y no produzca roces o heridas.
En caso de que se presenten llagas, heridas, sangrado de encías, ulceras, pérdida de dientes, dolor en la boca, parches blancos o mal aliento, es aconsejable visitar inmediatamente al dentista; y en cualquier caso, habrá que cepillar los dientes después de cada comida y use el hilo dental diariamente. Los dientes deben cepillarse al menos dos veces al día, y siempre después de cada comida, y se debe completar la limpieza con hilo dental o por lo menos usarlo una vez al día para remover la placa y bacterias depositadas entre los dientes.
También es buena idea dejar de fumar, ya que el tabaco agrava la enfermedad periodontal; así como someterse a tratamientos periodontales, en caso de ser necesarios, con el fin de conseguir un adecuado estado del hueso y la encía y así evitar la pérdida de piezas dentales.
Fuente: InfoDiabético