Inyéctate sin miedo

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Muchas personas temen a las inyecciones y aquellas que deben hacerlo de manera constante, como en el caso de los pacientes con Diabetes, suelen encontrar muchos problemas. La acción misma no debe ser complicada, aquí te damos algunos pasos para que no temas a este proceso. Sabemos que inyectar diariamente la insulina es difícil y más cuando apenas estás empezando a hacerlo solo, así que no te preocupes, con la práctica te volverás un experto y lo harás de manera natural.

Estos pasos te permitirán mejorar la técnica para que no se vuelva un momento complicado.

1-Desprende con cuidado la tapa de la parte superior del frasco de insulina, y límpiala con algodón y alcohol.

2-Destapa la jeringa.

3-Jala el aire que está dentro de la jeringa, tirando el émbolo hacia atrás hasta que quede justo a la altura de la línea que establece la dosis necesaria.

4-Introduce la aguja de la jeringa en la boca de goma del frasco.

5-Empuja el émbolo de la jeringa para expulsar el aire dentro del frasco.

6-Voltea el frasco con la jeringa para que circule bien la insulina, después jala cuidadosamente el émbolo hacia atrás hasta que la parte negra del mismo coincida con la línea que indica la dosis necesaria.

7-Toma un par de centímetros de piel entre tu dedo gordo, el índice y el medio, haciendo un pellizco. Si usas una aguja de 5 mm, no necesitarás hacer esto, incluso cuando te inyectes en un ángulo de 90º. Con estas agujas tan pequeñas no debes preocuparte por inyectarte en el músculo.

8-Introduce la aguja.

9-Empuja el émbolo de la jeringa para inyectar la insulina. Inyecta en el tejido subcutáneo, es decir, la parte que se encuentra justo debajo de la piel.

10-Saca la aguja de tu piel y suelta el pellizco.

Fuente: bd.com; kidshealth.org

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