Los pacientes con diabetes tipo 1 tienen que inyectarse insulina varias veces al día para mantener sus niveles de azúcar en sangre dentro de un rango saludable, al tiempo que algunos pacientes han recibido trasplantes de islotes pancreáticos, un conjuntos de células que producen insulina cuando los niveles de azúcar en la sangre son demasiado altos, y que pueden suplir al páncreas que no está funcionando como debiera.
Si bien el tratamiento suele ser eficaz, los pacientes que reciben esos trasplantes deben tomar medicamentos para evitar que su sistema inmunitario rechace las células trasplantadas. Pero estos fármacos inmunosupresores hacen a los pacientes vulnerables a infecciones y pueden tener efectos secundarios graves.
Según cuenta el portal Nyct Amazings, este es el motivo por el que el trasplante de islotes pancreáticos se utiliza poco; y para ayudar a que este tipo de terapia sea más factible, un grupo de ingenieros químicos del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) han ideado una forma de encapsular las células terapéuticas en un dispositivo protector flexible que evita el rechazo inmunológico y al mismo tiempo permite que el oxígeno y otros nutrientes importantes lleguen a las células.
Este encapsulamiento no impide que estas células puedan suministrar la insulina u otras proteínas cuando se necesiten. En los experimentos con este dispositivo realizados en ratones, el equipo de Daniel Anderson y Suman Bose comprobó que las células humanas manipuladas genéticamente permanecían viables durante al menos cinco meses, lo cual permitiría lograr de manera fácil el tratamiento a largo plazo de enfermedades crónicas como la diabetes o la hemofilia, entre otras.
Los investigadores del MIT han ideado una forma de encapsular células terapéuticas, como las células de los islotes pancreáticos, para tratar la diabetes, en un dispositivo flexible que las protege pero sin entorpecer su trabajo.
Para proteger del sistema inmunitario a las células trasplantadas, los investigadores las alojaron dentro de un prototipo del citado dispositivo, fabricado parcialmente con un elastómero y equipado con una membrana porosa especial, entre otras cosas. Luego cubrieron la superficie externa del dispositivo con un fármaco de molécula pequeña llamado THPT.
En un estudio anterior, los investigadores descubrieron que esta molécula puede ayudar a prevenir la fibrosis, una acumulación de tejido cicatricial que resulta cuando el sistema inmunitario ataca objetos extraños.
El dispositivo contiene una membrana porosa que permite a las células trasplantadas obtener nutrientes y oxígeno del torrente sanguíneo. Los poros de la membrana son lo suficientemente grandes para permitir el paso de los nutrientes y la insulina, pero lo bastante pequeños para que las células inmunitarias, como las células T, no puedan entrar y atacar a las células trasplantadas.
Fuente: infodiabetico.com