La retina es la capa de tejido sensible a la luz que se localiza en la parte posterior interna del globo ocular. Las imágenes que atraviesan el ojo, desde la córnea pasando por el cristalino y el humor vítreo, se enfocan en la mácula, el punto de la retina que ofrece los detalles del mundo exterior a nuestro cerebro.
La diabetes, enfermedad metabólica producida por una secreción deficiente de insulina, causa problemas graves en el sistema cardiovascular, en los riñones, en las encías o en los ojos: cambios patológicos en los vasos sanguíneos sanos (taponamientos, hinchazón, pérdida de fluidos o aparición de neovascularización).
En el mundo se contabilizaron alrededor de 440 millones de casos de diabetes en el año 2104. Las previsiones de la OMS apuntan a que en 2030 será la séptima causa de muerte.
“En los ojos provoca la alteración de los vasos sanguíneos de la retina, condicionando su irrigación; lo que conlleva, a su vez, a una pérdida de visión. Es un círculo vicioso. Por eso es absolutamente primordial el diagnóstico precoz; tarea muy fácil cuando ya existe una valoración previa de la enfermedad en el paciente”, señala.
La diabetes tipo 1, en la que el páncreas no produce insulina, se diagnostica con frecuencia en niños y jóvenes, aunque puede aparecer a cualquier edad.
“Una vez detectada en niños, el especialista endocrino enviará al paciente a revisión oftalmológica cinco años después del diagnóstico, ya que es prácticamente imposible que la retinopatía diabética aparezca con anterioridad en este tipo de casos”, apunta.
¿Qué notan los pacientes en su visión cuando padecen retinopatía diabética?
“Advierten una pérdida de la agudeza visual, con una visión más turbia de los objetos, deformación de las líneas rectas y, generalmente, una o varias manchas centrales que le impiden ver bien los detalles en los que fija su mirada”, relaciona.
¿Cuál es la prevalencia de la retinopatía diabética?
“Es difícil establecer unos parámetros fiables, pero existe una regla bastante genérica para recordar sus efectos en la población: un tercio de los pacientes diabéticos van a desarrollar retinopatía diabética, y un tercio de estos evolucionaran negativamente hacia el edema macular -parte central de la retina, encargada de los detalles-)”, expone.
¿Cómo se afronta el tratamiento de esta enfermedad retiniana?
“Primero con un estudio del fondo de ojos. Debe ser realizado siempre que sea posible por un oftalmólogo especializado en retina, quien diagnosticará la patología y su grado de desarrollo. Si no se detectara retinopatía diabética, el médico citará al paciente para revisión periódica según los hallazgos”, menciona.
“Si ya presenta la enfermedad con afectación clínica -continúa- se pondrán en marcha una serie de pruebas diagnósticas esclarecedoras, como la angiografía fluoresceínica, para analizar el flujo sanguíneo en la retina, y una OCT (Tomografía de Coherencia Óptica) que permite ver el engrosamiento a nivel de la mácula”.
“La OCT es una prueba inocua, rápida, repetible y sencilla con la que se hace un seguimiento exhaustivo de los ojos enfermos y, además, con la que se analizaa al detalle el resultado del tratamiento”, especifica.
La angiografía fluoresceínica, que necesitaba la inoculación de un colorante en la corriente sanguínea para observar el estado de venas y arterias (contraste), se ha sustituido por la prueba Angio-OCT, mínimamente invasiva e igual de fiable, que permite visualizar de forma tridimensional, y en tres segundos, el estado de los vasos sanguíneos de las capas retinianas sin necesidad de usar contraste.
La cirugía y el láser conforman la dualidad del tratamiento convencional, pero los medicamentos antiangiogénicos inyectados directamente en el ojo, o los dispositivos de liberación sostenida de corticoides alojados en la cavidad vítrea, han permitido mejorar el tratamiento y el pronóstico de la retinopatía diabética, sobre todo del edema macular, que es la principal causa de pérdida de visión en estos pacientes.
Desde el punto de vista de la cirugía vítreo-retiniana, la tecnología de vanguardia en microscopia y en el instrumental empleado en las intervenciones quirúrgicas ha mejorado los resultados de estas operaciones oculares.
¿Cuál es el pronóstico de estos pacientes oculares?
“Si somos capaces de llevar a cabo un buen diagnóstico precoz el pronóstico será mejor todavía. Hoy en día es raro ver retinopatías gravísimas en las consultas, como antaño. La clave está en el diagnóstico precoz y en el tratamiento más efectivo para solucionar este problema ocular. De esta manera, y solo así, ningún paciente acabará en la ceguera”, destaca.
La retinopatía diabética, que suele afectar a los dos ojos, es la primera causa de ceguera legal en personas por debajo de los 50 años de edad.
¿Cómo se puede prevenir la retinopatía diabética?
“Los pacientes y las personas sanas tienen que tomar conciencia de lo que ocurre en sus ojos, al igual que en otras partes del organismo, con la ingesta excesiva de azúcar. Cuanto mejor es el control de los niveles de glucosa en sangre, menores y menos graves serán las complicaciones, como la retinopatía diabética”, declara el oftalmólogo.
Es importante resaltar una vez más la colaboración del paciente diabético, ya que existen factores evitables en el desarrollo de esta enfermedad:
Mantener un estricto control de la glucemia (prueba de hemoglobina glicosilada), por debajo de 7% en sangre, con una dieta saludable o pautada por el médico, según el caso.
- Dejar de fumar.
- Controlar la tensión arterial.
- Abandonar el sedentarismo.
- Practicar ejercicio físico o pasear media hora al día a buen ritmo.
¿Y si le digo que la obesidad se está apoderando de nuestra infancia, qué tiene que decir?
“Sin lugar a dudas. Los datos publicados por la OMS o por el Estudio Global de la Carga de Enfermedades (GBD) 2016 (publicado por The Lancet) son muy graves. La obesidad infantil provocará un aumento significativo de la obesidad en el adulto, fuente importante de complicaciones metabólicas”, sostiene.
El 50% de la población europea tiene sobrepeso u obesidad. Un 4% de los adolescentes son obesos y uno de cada cinco tiene sobrepeso. En España, el 41,3% de los niños y las niñas de entre 6 y 9 años de edad padecen obesidad o sobrepeso.
Para concluir, el doctor José María Ruiz Moreno aconseja a las personas sin diabetes que hayan cruzado la línea de los cincuenta años que se citen con su oftalmólogo.
“No está de más que este grupo de adultos se hagan ver el fondo de ojos, algo imprescindible en la población de riesgo y en los diagnosticados con diabetes. Hay que controlar el azúcar y sus efectos perversos día sí y día también”.
Fuente: efesalud.com