¿Por qué a mí me dio diabetes?

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Ser diagnosticado con diabetes no es fácil de digerir. Muchos se preguntan por qué a mí. Para aceptar la enfermedad se debe seguir un proceso emocional que nos permita asimilar la noticia, y evitar caer en uno de los sentimientos más difíciles de dominar: el enojo.

Cuando una persona recibe una mala noticia, el diagnóstico positivo de una enfermedad como la diabetes, es común que reaccione con una mezcla de enojo y miedo. Esto, en esencia, es una respuesta natural en los seres humanos, que forma parte del proceso emocional y sirve para digerir la información.

Sin embargo, en algunas ocasiones el sentimiento de enojo es tan fuerte, que los pacientes pueden quedarse atorados en él. Y es precisamente esa situación la que se debe evitar, para no vivir en estado de frustración. En buena medida, lo anterior sucede porque no se logra encontrar sentido a eso negativo que ocurrió. ¿Por qué a mí?, ¿qué hice para merecerlo?, ¿es un castigo? son preguntas que suelen aparecer con frecuencia en estos casos. Todas ellas son intentos de hallar una explicación para lo sucedido.

No obstante, si el paciente quiere superar el problema, debe intentar responderlas de la mejor manera posible, para no seguir repitiéndolas a manera de autocastigo. Existen algunos puntos que pueden servirnos de guía para responder dichos cuestionamientos, pues abren perspectivas que no siempre se ven a primera vista.

Para tomar en cuenta
-Es importante comprender que en la vida no hay castigos, sólo consecuencias. Si nos permitimos creer que, de una u otra forma, somos merecedores de una circunstancia así, probablemente provocaremos reacciones inconscientes que tratarán de aumentar y extender nuestro sufrimiento. Y eso es algo que debemos evitar a toda costa.

-No debemos ser demasiado severos con nuestros errores. Si nuestros malos hábitos fueron los causantes del problema, hay que entender que flagelarnos por ello no resolverá nada. Hacernos responsables de nuestros actos y empezar a generar cambios es un camino más provechoso que, además, sirve para reconciliarnos con nosotros mismos.

-También hay que recordar que, a veces, los problemas simplemente pasan. No todo tiene una razón específica y, aunque sea difícil de aceptar, debemos aprender a vivir con ello. Insistir en lo contrario, sólo logrará frustrarnos.

No debemos olvidar que, en este tipo de procesos de duelo y aceptación, siempre será recomendable acudir a un especialista. Muchas veces necesitamos ese apoyo extra, para superar las dificultades del día a día.

Fuente: Diabetes Bienestar y Salud / Mariano Salinas

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