Los niños con diabetes tipo 1 enfrentan varios desafíos para mantener constantes sus niveles de azúcar en la sangre. Uno de los que más preocupa es la baja de la glucosa, algo que sucede a veces en el día por la mayor actividad física de los menores. Pero a veces también pasa de noche, mientras duermen, lo que es fuente de ansiedad para los padres.
Algo que antes se debía controlar con numerosos pinchazos diarios de insulina, pero que ahora ha ido quedando atrás con el uso de la bomba, que administra pequeñas dosis de esta hormona a través de un catéter que se instala bajo la piel. El problema es que este dispositivo depende de que le ingresen cierta información, como los niveles de glicemia que tiene el menor, lo que va a comer y cuántos carbohidratos planea ingerir.
De ahí la importancia del nuevo páncreas artificial, creado por médicos e ingenieros del Centro para las Tecnologías de la Diabetes de la Universidad de Virginia, en Estados Unidos. Este combina una bomba de insulina y un monitor continuo de glucosa subcutáneo, el cual transmite los datos en forma inalámbrica a un monitor que coordina la entrega de insulina que hace la bomba. Su uso se ha demostrado seguro y eficiente en un ensayo clínico que se hizo con 12 menores de entre cinco y ocho años de edad. Además, mejora notablemente el control de los niveles de azúcar en la sangre.
Decidir la dosis
"Hasta ahora, los padres y los médicos han tenido que decidir la cantidad de insulina que le dan a sus niños a través del día, para evitar las peligrosas bajas o alzas de azúcar en la sangre", dice el doctor Mark DeBoer, quien lidera esta investigación y es profesor asociado de la Universidad de Virginia. "Incluso con una bomba de insulina, puede ser difícil saber cuánta insulina necesita un niño, debido a las fluctuaciones en el contenido de carbohidratos de las comidas y el nivel de actividad del menor", agrega.
DeBoer y sus colegas probaron el páncreas artificial durante 68 horas en seis niños y seis niñas con diabetes tipo 1. Los resultados los compararon con los registros de los niveles de glucosa que tenían estos niños usando solo una bomba de insulina en sus casas.
Así se constató que el páncreas artificial logra mantener el azúcar en la sangre en rangos adecuados el 73% del tiempo, comparado con el 47% de la bomba de insulina. "Estos resultados, aunque corresponden a un pequeño número de niños, son muy prometedores", dice DeBoer, "A futuro, este tipo de tecnología será el estándar para el control de la diabetes tipo 1 en niños", concluye.
Fuente: Vida Ciencia Tecnología / Sebastián Urbina