El cerebro está compuesto por muchas partes que trabajan juntas como un equipo. Diferentes partes del cerebro son responsables de coordinar y llevar a cabo funciones específicas. Las drogas y el alcohol pueden alterar áreas importantes del cerebro que son necesarias para funciones vitales.
Tabaco (nicotina): el daño cerebral que causa viene derivado en gran parte por el humo que atasca, no solo los pulmones, sino también las arterias, dificultando la circulación sanguínea y aumentando el riesgo de infarto, aparte del de cáncer.
Alcohol: el abuso crónico tiene importantes efectos en el cerebro, destruyendo irreversiblemente las áreas de la memoria
El cerebelo que controla la coordinación y la corteza cerebral.
Marihuana: aparte de los efectos del humo puede afectar a la concentración y a la memoria a corto plazo. Puede aumentar el riesgo de trastorno psicótico en alguien que ya tenga la tendencia. Causa apatía a la larga.
Cocaína: inunda el cerebro de dopamina, aparte de las consecuencias en el circuito de recompensa, acelera el corazón y aumenta mucho el riesgo de infarto. Puede causar ansiedad y paranoia.
MDMA y éxtasis: inundan el cerebro de muchos más neurotransmisores que la cocaína, causando un descalabro químico que puede durar semanas. Uno de ellos es la serotonina que nos hace sentir felices, confiados y sociables, pero que luego en su ausencia nos lleva a la depresión y la ansiedad.
Opiáceos: son derivados de la morfina, usados en medicina para tratar el dolor y relajar el paciente. Crean adicción y dependencia, problemas derivados de la administración inyectada de la heroína, poco control de la dosis y muchas sobredosis que relajan tanto que apagan los pulmones y el corazón.
Alucinógenos: principalmente LSD y psicobiscina, causan distorsión de la percepción y los efectos son impredecibles y variados de una persona a otra y de muy larga duración (hasta 12 horas). Pueden llevar a la psicosis si hay vulnerabilidad y a conductas arriesgadas dados los cambios emocionales y la confusión. Dejan huella en el cerebro que puede experimentar flashbacks y subidones semanas después de haber tomado la sustancia.
El abuso de estos destruye neuronas y aumenta el riesgo de infarto y lesión cerebral permanente.
Fuente: labioguia.com