Los edulcorantes artificiales sin calorías siempre vienen acompañados de polémica. En algunos casos se ha relacionado su consumo con el aumento de la obesidad y el síndrome metabólico.
Sin embargo, los estudios no han podido corroborar que los edulcorantes sean la causa del aumento de peso, y cada vez que se comparan individualmente con el azúcar se registran pérdidas de peso en los voluntarios de los estudios. Más bien se sospecha que se produce una causalidad inversa: las personas que ya padecen de problemas metabólicos o sobrepeso son estadísticamente las que consumen mayor cantidad de edulcorantes artificiales.
Otra de las objeciones comunes a los edulcorantes es la idea de que son sustancias “químicas” ajenas a nuestro cuerpo y no se sabe si pueden producir efectos indeseados. En realidad, hay muchos edulcorantes que, o bien provienen de fuentes naturales, o bien son sustancias que se encuentran de forma natural en nuestro cuerpo. He aquí algunos ejemplos:
Aspartamo
Muy usado en bebidas refrescantes “light”, el aspartamo se considera como un edulcorante seguro tanto por la FSA de EEUU como por la EFSA de la Unión Europea, después de disipar las dudas y comprobar que no tiene efectos perjudiciales en seres humanos. Aunque el aspartamo se fabrica en laboratorio, cuando se ingiere se descompone inmediatamente en dos sustancias naturales: ácido aspártico y fenilalanina.
El ácido aspártico es un aminoácido que nuestro propio cuerpo sintetiza y utiliza en la síntesis de proteínas. La fenilalanina es otro aminoácido presente en nuestro cuerpo y que además se encuentra de la leche. Solo en las personas que padecen una rara enfermedad llamada fenilcetonuria deben tener cuidado con las cantidades.
Estevia
Los edulcorantes que se comercializan con el nombre de estevia en realidad son glucósidos de esteviol, unas moléculas de sabor dulce que se extraen de las hojas de la planta sudamericana Stevia rebaudiana. Los glucosidos de esteviol son de 30 a 300 veces más dulces que el azúcar de mesa, y no son digeridos, por lo que pasan sin afectar al organismo.
Para extraer los glucósidos de esteviol se trituran con agua las hojas de la planta y se retiran las impurezas y pigmentos hasta conseguir los cristales de sabor dulce, de una forma parecida al azúcar.
Sorbitol
Este edulcorante, que se encuentra en la pasta de dientes o los enjuagues bucales, es un polialcohol, un alcohol derivado de la glucosa y con un intenso sabor dulce. En su fabricación se extrae del azúcar o del jarabe de maíz. Sin embargo, se puede encontrar en la naturaleza en muchas frutas, por ejemplo, en las manzanas, peras, melocotones, cerezas, dátiles, albaricoques y ciruelas.
El sorbitol en exceso puede tener efectos laxantes, y es precisamente ese el motivo por el que las ciruelas pasas tienen tradicionalmente este mismo efecto: su contenido en sorbitol.
Xilitol
Este es otro polialcohol derivado del azúcar, pero en este caso se extrae de la madera, y de ahí viene su nombre. En algunos casos se comercializa como azúcar de abedul, ya que en su fabricación se utiliza la hemicelulosa, presente en la madera dura, como material de partida. Otro método alternativo, por el que se llega al mismo resultado, es usar procesos de fermentación con levaduras.
El xilitol es un edulcorante de especial interés ya que se ha comprobado que protege tu dentadura. El xilitol inhibe el crecimiento de la bacteria Streptococcus mutans, que se encuentra en la boca y es la causa de la caries. Como en los casos anteriores, el xilitol se encuentra de forma natural en algunas frutas, especialmente en las frambuesas.
Fuente: El Diario