Hay quienes afirman que los kilos de más son producto de un problema en la glándula tiroides o que están presentes por herencia familiar. Es frecuente que este tipo de tema cause incomodidad a la persona con sobrepeso, ya que no es fácil para todos aceptar que tienen malos hábitos y lo tedioso que les resulta practicar ejercicio.
Por: Karina Galarza Vásquez
¿Qué resulta más cómodo en estos casos? Culpar al metabolismo, pues finalmente éste no puede ponernos en evidencia. Sobre todo si tomamos en cuenta que, en efecto, existen padecimientos que lo dañan y pueden inducir un incremento excesivo de kilos, como en el caso del hipotiroidismo.
Por lo general, en la mayoría de los casos el exceso de peso responde a malos hábitos alimenticios y sedentarismo. No obstante, los especialistas reconocen que un porcentaje mucho menor se relaciona con una condición genética, la cual impide que el peso de la persona se modifique. Por ejemplo, el que come y no engorda, o por el contrario, quien se cuida y no baja ni un gramo.
Viene de familia
Es común escuchar de algunos que deben su gordura a su familia, porque "todos son gorditos", esto puede ser cierto y no. Lo anterior se debe a que en ocasiones lo que se hereda son los malos hábitos causantes del sobrepeso. Lo que sí está comprobado es que la herencia influye en el peso corporal en un 15 por ciento, pero en los demás casos la situación no es así, sino por malos hábitos.
Es la tiroides
Para muchas personas es más fácil y cómodo decir que todo es a causa de una enfermedad en la glándula tiroides, lo cual tampoco es cierto, salvo en ciertos casos. Cuando esta estructura no funciona adecuadamente genera escasa cantidad de hormonas, lo que ocasiona que diversas funciones del organismo fallen; entre estas se encuentran regulación de temperatura corporal, frecuencia cardiaca y presión arterial, así como la capacidad de transformar los alimentos en energía.
Se calcula que tan sólo el 3 por ciento de los casos de obesidad se asocian con el metabolismo, y el otro 97 por ciento a lo que se ingiere en las comidas. Una premisa indica que la cantidad de calorías que entra al cuerpo, es la misma que debe gastarse con el ejercicio, para poder mantener un peso ideal.
Sedentarismo, cada vez más frecuente
En la actualidad, las personas cada vez se rehúsan más a hacer ejercicio después de llegar del trabajo, periodo en el cual se puede pasar muchas horas sentado. En consecuencia, se modifica la forma y la estructura del organismo.
Esta condición favorece que se incremente el peso corporal con mayor facilidad, lo que se debe a que el organismo tiene la capacidad de guardar la energía para las épocas en las que no hay comida. De alguna manera, el cuerpo se torna perezoso. Para poder funcionar, el cuerpo quema un combustible llamado glucosa (la forma más simple de energía), extraída de los carbohidratos que se ingieren para producir energía. La glucosa puede quemarse para producir energía o por el contrario, ser convertida en grasa y guardada en el organismo.
¿Lucha con la báscula?
Algo básico es entender que el peso corporal se compone de factores como agua, grasa, músculos, huesos y tendones, entre muchos otros, y que al ponerse a dieta lo que se debe buscar es perder grasa. Es muy importante comprender esto, ya que muchas de las dietas de moda, lo que consiguen que se pierda es la musculatura, pero no la grasa. Al perder musculatura las personas pierden proteínas, lo que provoca que haya síntomas de cansancio y malestar.
Lo peor es que al perder músculo, el organismo se protege y aumenta la proporción de grasa, éste es el motivo por el que, por más que se ponen a dieta no "bajan de peso". Y cuanta más grasa hay en el cuerpo, el metabolismo se va haciendo flojo o lento.
Peso sano en cuerpo sano
Para mantener un peso adecuado y el metabolismo en buen funcionamiento, no hay más que mantener una alimentación balanceada y procurar practicar ejercicio físico. Con una alimentación que incluya carbohidratos, proteínas y grasas de buena calidad, se obtiene el aporte necesario de nutrientes indispensables para activar las enzimas que ayudan a la combustión de la glucosa.
A tomar en cuenta
-A causa de la producción de estrógenos, el metabolismo de la mujer tiende siempre a tener un porcentaje un poco mayor de grasa que el hombre.
-Gracias a la testosterona (hormona masculina) los hombres desarrollan mayor musculatura que las mujeres.
-El metabolismo tanto de hombres como mujeres de 20 y 30 años, está en plenitud de funciones; a menos que desde pequeños se tengan malos hábitos de alimentación.
-Mientras más tiempo tengas con sobrepeso, más difícil resulta volver a tu peso ideal.
-Es falso que las vitaminas engordan.
-Es falso que la mujer embarazada deba comer por dos.
-Es mentira que el organismo de una mujer después del embarazo haya cambiado y que por ello no pueden bajar de peso. Después de dos o tres meses, las mujeres pueden volver a su peso siempre y cuando sigan una alimentación balanceada y practiquen ejercicio.
-El embarazo es una condición que sí altera el metabolismo, pero sólo mientras la mujer está encinta.
-A los 40 años, el metabolismo del hombre y de la mujer comienza a cambiar, debido a que su producción de hormonas ya no es la misma.
-A partir de los 40 en hombres y mujeres, hay mayores riesgos de obesidad, diabetes mellitus, hipertensión arterial, trastornos de las grasas en la sangre y enfermedades del corazón.
-Mientras la mujer no llegue a la menopausia, entre los 48 y 50 años, los problemas cardiacos no son tan frecuentes.