Karla Edge estaba perdiendo su batalla con diabetes tipo 1 cuando llegó al Instituto de Investigación de Diabetes en Miami. Había estado sufriendo una hipoglicemia tan severa que su esposo y dos hijas llamaban frecuentemente al 911. Como Edge no sabía cuándo su azúcar iba a bajar, no podía mantener un trabajo o manejar un automóvil.
Los médicos del Instituto trasplantaron isletas de células pancreáticas en el hígado de Edge y desde hace 11 años ha estado viviendo sin insulina.
“Luego de vivir 40 años con diabetes tipo 1, me siento como una persona totalmente nueva”, dice Edge, de 56 años, quien vive en el noroeste de Florida y viaja a Miami una vez al año para hacerse exámenes, pero ya no se considera una persona diabética.
Los avances continuos en el tratamiento de diabetes prometen una mejor vida para pacientes con diabetes tipo 1. Desde trasplantes, dispositivos, medicación y herramientas para el manejo de la diabetes tipo 1, los avances continúan mientras los investigadores buscan una cura.
A su vez los médicos informan un alza en el número de personas diagnosticadas con diabetes tipo 1, que típicamente es diagnosticada en niños y jóvenes adultos. La Juvenile Diabetes Research Foundation estima que cerca de 1.5 millones de estadounidenses sufren de diabetes tipo 1, una condición autoinmune que puede desarrollarse en días y semanas y no está vinculada a la dieta o al estilo de vida.
Para muchos pacientes como Edge, el trasplante de isleta de célula es una forma viable de tratamiento, de acuerdo con el Dr. Rodolfo Alejandro, profesor de endocrinología, diabetes y metabolismo de la Escuela de Medicina Miller en la Universidad de Miami y director de DRI Clinical Cell Transplant Program.
Hasta ahora, más de 1,500 pacientes han sido tratados con este procedimiento en centros médicos alrededor del mundo. Los resultados de pruebas clínicas muestran que 50 por ciento de los pacientes se mantienen libre de insulina después de cinco años.
“Aun si tuvieran que recibir alguna insulina para balancear las cosas, al menos ahora pueden sentir cuando su glucosa está baja y pueden evitar una hipoglicemia severa”, explica Alejandro.
Pero los pacientes deben utilizar fármacos inmunosupresores, que tienen efectos secundarios, dice. “Aun así, esta es una alternativa para algunas personas con diabetes tipo 1”.
Mientras tanto, otros pacientes diabéticos se están beneficiando de un nuevo procedimiento. En agosto del 2015, Wendy Peacock, de 43 años, quien ha vivido con diabetes desde que tenía 17, fue sometida al primer trasplante BioHub de isleta de células de donante en el omento, la superficie de la cavidad abdominal. Los investigadores de la Escuela de Medicina Miller de la Universidad de Miami evaluarán si el omento es un mejor hogar para las isletas que el hígado, el lugar tradicional de trasplante.
Alejandro ve una promesa: “Sabemos que trasplantar las células en el hígado no es perfecto. Perdemos muchas isletas en el proceso. Esperamos que el nuevo lugar nos permita tener aún más éxito”.
Pueden haber más avances en camino. De acuerdo con el Harvard Gazette, en enero, los investigadores de David H. Koch Institute for Integrative Cancer Research, de MIT, en colaboración con científicos de Harvard Stem Cell Institute, anunciaron que han desarrollado un dispositivo implantable que protegió durante seis meses, las células protectoras de insulina en ratones, del ataque al sistema inmune.
“Estamos emocionados por esta nueva tecnología y estamos trabajando duro para llevarlo a la clínica”, dice Daniel Anderson, profesor de biología aplicada Samuel A. Goldblith de MIT, que apoya la investigación.
Para pacientes que no son elegibles para dejar la insulina, los médicos dicen que el manejo de la diabetes se ha vuelto más agresivo con bombas mejoradas y monitores de glucosa. Por ejemplo, ahora hay cuatro tipos de sistemas de monitoreo continuo de glucosa. Los sensores implantados bajo la piel pueden monitorear la glucosa en tiempo real para prevenir la hipoglicemia. Los sensores más nuevos duran hasta siete días.
Los diabéticos pueden anticipar más opciones en el futuro: los investigadores buscan vincular el monitoreo de glucosa y la liberación de insulina desarrollando un páncreas artificial. En octubre, la Administración de Alimentos y Drogas aprobó un dispositivo nuevo hecho por Medtronic, que monitorea los niveles de glucosa y administra automáticamente la insulina, basada en esos niveles. Se espera que el dispositivo esté disponible en la primavera.
Larry Hausner, defensor en jefe del paciente de Partnership to Fight Chronic Disease, dice que con todas las innovaciones, los diabéticos necesitan examinar cuidadosamente sus opciones. “Hay muchas opciones nuevas que son buenas, pero sus metas no deben ser dejar la insulina si realmente la necesitan”, dice. Comenta que ve promesas en el horizonte de las compañías farmacéuticas para alternativas a inyecciones de insulina.
Para estar seguros, los médicos del sur de Florida dicen que la diabetes tipo 1, aunque más rara que la tipo 2, ha sido más difícil de tratar.
“Cuano un paciente llega a mi oficina ha estado sufriendo de diabetes por décadas”, dice el Dr. Adam Splaver, cardiólogo metabólico con práctica en Miami Beach y Hollywood.
Splaver trata pacientes con diabetes tipo 2 o prediabetes, con dieta, ejercicio, vitaminas y nutracéuticos. “He sido exitoso en prevenir el progreso o en revertirlo si utilizo múltiples modalidades”, comenta. Para la diabetes tipo 1, recomienda que los pacientes busquen las nuevas innovaciones y trabajen de cerca con sus proveedores de cuidado de salud.
Fuente: El Nuevo Herald