Una investigación en la que se hizo un seguimiento de más de 1,6 millones de hombres suecos, desde la adolescencia en adelante, entre 1968 y 2005, ha mostrado que aquellos que tenían sobrepeso como adolescentes afrontaba una mayor probabilidad de desarrollar insuficiencia cardíaca a principios de la mediana edad.
Sorprendentemente, ese mayor riesgo de fallo cardíaco se iniciaba en hombres que todavía no superaban el límite máximo del peso corporal normal (un índice de masa corporal de 25) en la adolescencia. Concretamente, se apreciaba un aumento del riesgo, aunque leve, a partir incluso de un índice de 20 y ese riesgo aumentaba hasta casi diez veces en los que eran muy obesos, con un índice de 35 o más.
El estudio reveló que en hombres con un índice de masa corporal de 20 o superior, el riesgo de insuficiencia cardíaca aumentaba en un 16% por cada unidad del índice, habiendo tenido en cuenta para ese cálculo factores que podrían afectar a lo encontrado, como la edad, el año de alistamiento a las fuerzas armadas suecas, enfermedades sufridas, el tipo de educación recibida del padre y la madre, la presión sanguínea, el coeficiente (o cociente) intelectual, la fortaleza muscular y el estado físico.
Aunque la mayoría de los estudios definen el peso normal como tener un índice de masa corporal de entre 18,5 y 25, probablemente esta no sea una buena definición para los muy jóvenes, la mayoría de los cuales son delgados de forma natural, al estar en pleno crecimiento. Así lo señala Annika Rosengren, profesora de medicina en la Academia Sahlgrenska (Gotemburgo, Suecia), quien lideró la investigación. Esta podría ser la razón por la cual se aprecia un incremento en el riesgo de insuficiencia cardíaca a partir de un nivel de índice de masa corporal que, para un adulto, es bastante bajo.
“Dada la tendencia global en el crecimiento del número de adolescentes que tienen sobrepeso o son obesos, lo que hemos hallado sugiere que la insuficiencia cardíaca, que en este estudio sucedía a una edad promedio relativamente temprana de unos 47 años, podría muy bien convertirse en una importante amenaza para la salud en todo el mundo", advierte Rosengren. Esto subraya la urgente necesidad de actuar en todo el mundo para reducir lo que ya se califica como "epidemia" de obesidad.
Fuente: NCYT
