Una dosis de insulina, salva a Dora cada día

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Dora María Franco Villarreal tiene 27 años, pero su apariencia es la de una adolescente, su cuerpo es delgado y su piel reseca, en su rostro se aprecia lo avanzado de la diabetes tipo I mal cuidada, pero no es su culpa, no cuenta con dinero y lo que pide en la calle le alcanza sólo para comer… a veces.

La mujer con cuerpo de niña, quien apenas sobre pasa los 20 kilos de peso, puede ser encontrada todas las tardes en Subodega de la colonia Libertad, la acompaña su madre, una mujer de edad avanzada que estira su mano, en la cual lleva una lata vacía, para pedir unos cuantos pesos.

Cada día es una lucha constante ya que además de pelear contra la diabetes tipo uno también tienen que hacerlo para conseguir para comer, y la mayoría de las veces no alcanza para una dosis de insulina.

Con voz suave plática que todo inició cuando tenía 17 años y estudiaba la preparatoria en Monterrey, en ese entonces se mudó con su hermano que radica en la gran ciudad; sin embargo, poco a poco su salud se deterioraba sin que se diera cuenta.

Su peso disminuyó, de 35 kilos bajo, en las tardes le dolía la cabeza y por las mañanas no soportaba el sueño, además la sed era su eterna compañera, la cual no cesaba aun cuando tomara líquidos constantemente.

Al ser atendida en la clínica más cercana fue diagnosticada con diabetes tipo uno, desde ese entonces tendría que aplicarse a diario una o dos dosis de insulina para poder seguir viviendo.

La sorpresa fue tanto y su familia pasó por una crisis económica que tuvo que dejar la escuela y mudarse a Victoria con su madre.

Lamentablemente aun cuando cuenta con seguro popular, el cuidar correctamente de la diabetes no ha sido fácil para Dora ya que no cuenta para las dosis diarias y la última vez tendía con más de 250, por si fuera poco también se le detectó presión baja.

Es por eso que pide la ayuda de la sociedad para poder alimentarse y continuar con la lucha contra el azúcar y que ésta no repercuta en problemas en el riñón ya que con lo que le dan afuera del supermercado no le es suficiente para poder llevar una vida digna.

La mujer y su madre necesitan sobre todo de dosis de insulina, además de despensa o algún alimento para poder salir adelante, también recurso económico.

Fuente: Raúl López García / expreso.press

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