Un equipo de investigadores dirigido por la doctora Fàtima Bosch i Tubert del centro de biotecnología animal y terapia génica (CBATEG) de la Universitat Autónoma de Barcelona, ha conseguido desarrollar un tratamiento que cura la diabetes tipo 1 en perros. Anteriormente, ya habían conseguido el mismo resultado en ratones.
Los perros sometidos al nuevo tratamiento padecían diabetes tipo 1, variedad de la enfermedad que se manifiesta habitualmente durante la infancia y que tiene causas genéticas. Aproximadamente un 10 por ciento de los casos corresponden a esta clasificación.
Al igual que ocurre con los humanos, los malos hábitos alimenticios también han disparado durante los últimos años los casos de diabetes en perros y gatos domésticos. La diabetes, aunque es una enfermedad crónica que puede mantenerse bajo control con inyecciones regulares de insulina, a largo plazo causa graves complicaciones, como pérdida de visión, insuficiencia renal o amputación de extremidades.
Terapia poco invasiva
El tratamiento es muy poco invasivo, pues consiste en inyectar en los músculos de las patas traseras del animal unos virus inofensivos (los virus adeno-asociados) que actúan como agente portador de dos genes. Estos vectores virales están “programados” para localizar las células musculares y penetrar en ellas, depositando allí dos genes.
Estos dos genes cumplen una doble misión: expresan el gen de la insulina y el de la glucoquinasa, enzima que regula la captación de glucosa en sangre. Cuando actúan simultáneamente, funcionan como un “sensor de glucosa” que regula automáticamente el nivel de glucosa en sangre, reduciendo así la hiperglucemia (exceso de azúcar en sangre, uno de los principales problemas provocados por la diabetes).
Es decir, los músculos de las patas cumplen la función reguladora del páncreas, manteniendo el azúcar a niveles saludables. La elección de los músculos de las patas se debe a que estos son los primeros en captar la glucosa tras las comidas.
La utilización de virus adeno-asociados como vector terapéutico ya ha sido probada con éxito en otros tratamientos, por lo que esta terapia podría ser empleada en clínica. Por otra parte, los autores del estudio creen que esta misma terapia también podría emplearse en pacientes con diabetes tipo 2 en fase avanzada. El 90 por ciento de los cerca de 346 millones de casos existentes en el mundo en 2011 eran del tipo 2.
Fuente: Universitat Autònoma de Barcelona