Cambios en la placenta podrían predecir el riesgo de enfermedades en la descendencia

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La placenta es el entorno ideal para el crecimiento fetal, pues lo protege de una amplia variedad de agentes nocivos. Sin embargo, un nuevo estudio ha revelado que la presencia de anomalías en la placenta, como ciertas proteínas, podría predecir ciertas enfermedades en la descendencia hasta cuatro y seis años después.

Los investigadores del Campus Médico Anschutz de la Universidad de Colorado consideran su hallazgo como un nuevo punto de partida para el desarrollo de mejores intervenciones. La asociación entre la función placentaria en mujeres embarazadas y el riesgo de trastornos metabólicos en niños y adultos podría conducir a diagnósticos y controles más oportunos.

Enfermedades asociadas a cambios en la placenta

Desde hace mucho tiempo se sabe que muchas enfermedades comunes en los adultos, como la diabetes y las afecciones cardiovasculares, surgen, en parte, por exposición durante la gestación.

El autor principal del estudio, Thomas Jansson, dice que la evidencia apunta a que el 50 por ciento de los casos de diabetes tipo 2 en adultos jóvenes son causados por exposición en el ambiente intrauterino en mujeres embarazadas obesas o con diabetes gestacional.

La placenta es uno de los agentes que define la salud del entorno intrauterino. Mientras el bebé se encuentre dentro de esta, obtiene nutrición y protección incluso del sistema inmunológico de su madre.

Sin embargo, si la placenta sufre cambios desfavorables, como inflamación o señalización de insulina, podrían crearse las condiciones idóneas para el desarrollo de enfermedades posteriores. Entre ellas, las ya mencionadas.

Ciertas proteínas en la placenta vinculadas con enfermedades tempranas en la descendencia

Recientemente, los investigadores encontraron nueva evidencia de ello. Analizaron los datos extraídos del estudio de cohorte longitudinal prenatal de Healthy Start, en el que participaron 1.410 mujeres embarazadas sanas entre 2010 y 2014. Hicieron seguimientos a sus bebés durante el primer año, y luego de cuatro a seis años.

Los resultados revelaron que en efecto, la función placentaria, juega un papel en la predisposición a estas enfermedades. Por ejemplo, la presencia de la proteína del receptor de IGF-1 placentario estaba estrechamente relacionada con triglicéridos séricos en los niños; esto supone un factor de riesgo que podría conducir a obesidad o diabetes en años posteriores.

Además de la del receptor de IGF-1, otras proteínas de la placenta parecían tener una relación con el aumento tejido graso en los brazos y los muslos de los niños.

Cambios en la placenta predicen el riesgo de enfermedades cardíacas, obesidad y diabetes

“Somos los primeros en descubrir asociaciones entre la función placentaria y la presión arterial, la grasa corporal y los niveles de triglicéridos en niños de entre cuatro y seis años”, dijo Jansson. “Estos marcadores a menudo señalan los riesgos de futuras enfermedades cardíacas, diabetes y obesidad”.

Para los autores, descubrir este tipo de cambios durante el embarazo puede ser útil por el simple hecho de poder empezar a abordarlas a tiempo. “Tratar a las mujeres embarazadas siempre es difícil, pero la placenta es accesible mientras que el feto es en gran parte inaccesible”, concluyó Jansson.

Por el momento, el estudio continúa. Los investigadores continuarán con el seguimiento de los niños del estudio cuando tengan ocho y diez años.

Fuente: tekcrispy.com

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