Cuando su corazón late, bombea sangre hacia sus arterias y crea presión en ellas, dicha presión logra que la sangre circule por todo el cuerpo, pero uno de sus mayores peligros es la hipertensión –presión alta-, la cual es conocido como el asesino silencioso porque en la mayoría de casos, hay muy pocos o ningunos síntomas durante el desarrollo de la enfermedad.
Ese padecimiento, dijo el coordinador de Prevención y Atención a la Salud del IMSS, José Guadalupe Gutiérrez Márquez, no se cura, solo se controla, de ahí la importancia de seguir con una serie de hábitos saludables como consumir una alimentación cardiosaludable, que incluya potasio y fibra, tomar mucha agua. Asimismo debe ejercitarse con regularidad, al menos 30 minutos al día. Si fuma, dejar de hacerlo, reducir la ingesta de sal, evitar factores que le causen estrés y mantener un peso corporal saludable, entre otras medidas.
Estas acciones junto con los medicamentos prescritos pueden llegar a controlarla de forma sustancial y evitar así sus consecuencias que pueden producir diversos daños orgánicos en corazón, cerebro, riñones, vasos sanguíneos y ojos, entre otros.
Al referirse a los síntomas mencionó que en las personas con una marcada presión arterial elevada están: dolor de cabeza, mareos, visión borrosa, náuseas y vómitos, dolor de pecho y dificultad para respirar.
El especialista indicó que todo adulto de más de 40 años de edad debe vigilar periódicamente su presión arterial, más aún si sus padres o abuelos han sido hipertensos, ya que puede provocar infartos y hemorragias cerebrales.
Fuente: IMSS/pmc