La diabetes mellitus es un conjunto de trastornos metabólicos; sus caracterísitcas principales consisten en concentraciones elevadas de glucosa en la sangre de manera persistente o crónica, debido ya sea a un defecto en la producción de insulina por el páncreas, a una resistencia a la acción de ella para utilizar la glucosa, a un aumento en la producción de glucosa principalmente por el hígado o a una combinación de estas causas.
Bajo el término “diabetes mellitus” se engloban un grupo de enfermedades metabólicas cuyo nexo común es la hiperglucemia debido a un déficit de la secreción de insulina, o defectos de la acción de ésta o ambos trastornos.
Epidemiología de la diabetes
La diabetes mellitus es una de las enfermedades no contagiosas más frecuentes del mundo. Es la cuarta causa de muerte en la mayoría de países desarrollados y hay pruebas sólidas de que tiene dimensiones epidémicas en muchos países en desarrollo económico y de reciente industrialización. La diabetes es, sin lugar a dudas, uno de los problemas sanitarios más exigentes del siglo XXI.
Se calcula que la prevalencia mundial de la diabetes será del 9,9% en 2030 y el número de personas con diabetes en dicho año podría alcanzar los 552 millones. Alrededor del 50% de la enfermedad permanece sin diagnosticar.
La hiperglucemia crónica, incluso en ausencia de síntomas, conlleva lesiones en múltiples tejidos con daños especialmente sensibles en los pequeños vasos de la retina, los riñones y los nervios periféricos. Por ello la diabetes es una de las principales causas de ceguera, amputaciones y enfermedad renal terminal en las sociedades desarrolladas.
En resumen, la diabetes es un problema sanitario mundial frecuente y grave, el cual, en la mayoría de los países, se ha desarrollado en paralelo a los rápidos cambios culturales y sociales, el envejecimiento de la población, el aumento de la urbanización, los cambios de dieta, la reducción de la actividad física y otros comportamientos poco saludables. Este incremento de la prevalencia de la enfermedad determina un coste económico muy importante para la sociedad.
¿Cómo se clasifica la enfermedad?
La clasificación de la diabetes incluye cuatro tipologías clínicas:
Diabetes mellitus tipo 1 (DM1). Resulta de la destrucción de las células beta del páncreas que suele provocar una deficiencia absoluta de insulina. Representa el 5-10% de los casos de DM .
Diabetes mellitus tipo 2 (DM2). Resulta de un déficit progresivo de la secreción de insulina, que se superpone a una situación basal de resistencia a la misma. Supone el 90-95% de las formas de DM. Se asocia en un 90% de los casos a obesidad.
Otros tipos específicos de diabetes por otras causas, como alteraciones genéticas en la función de las células beta, defectos genéticos en la acción de la insulina, enfermedades del páncreas exocrino y diabetes inducida por fármacos o productos químicos (como en el tratamiento VIH/SIDA o después de un trasplante de órganos).
Diabetes mellitus gestacional (diagnosticada durante el embarazo).
Tratamiento de la diabetes mellitus
El tratamiento personalizado es actualmente el paradigma en el abordaje terapéutico de la diabetes tipo 2.
La educación diabetológica del paciente y sus familiares o cuidadores constituye la base fundamental de todas las intervenciones, que han de ser estructuradas y planificadas, incluyendo recomendaciones sobre alimentación, ejercicio físico, y tratamiento farmacológico.
El objetivo del control glucémico será establecido de forma individualizada atendiendo a la edad del paciente, los años de evolución de la enfermedad, la presencia de complicaciones micro o macrovasculares, la comorbilidad asociada, así como a las capacidades y recursos disponibles para conseguir dicho objetivo.
Los objetivos terapéuticos deben orientarse hacia un abordaje global e integral, para reducir el riesgo cardiovascular, las complicaciones agudas y crónicas y para mejorar la calidad de vida. Es de vital importancia el control de cifras de tensión arterial ( 140/90 mm Hg) y de lípidos (LDL 100 mg/dl).
El tratamiento incluye antidiabéticos orales con diferentes mecanismos de acción: sensibilizadores a la acción de la insulina (biguanidas y glitazonas); reguladores de la secreción de insulina (sulfonilureas y glinidas); inhibidores de la alfa-glucosidasa (acarbosa); inhibidores del DPP-4; inhibidores del SGLT2 (derivados de la glifozina que actúan como glucosúricos.
Incluido en el arsenal terapéutico están también los agonistas de los receptores GLP-1.
El tratamiento de la diabetes incluye además la utilización de la insulina y de los análogos de insulina, bien de acción lenta o rápida.
Si alguna vez te has preguntado qué es la diabetes, cómo se detecta, cuáles son sus síntomas y cuántos tipos existen, en el Día Mundial de la Diabetes te compartimos esa información y todo lo que necesitas saber sobre esta enfermedad.
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